Pero lo más especial fue la participación de los más pequeños: sus ahijados de 1er grado fueron los encargados de entregarles los buzos, fortaleciendo así el vínculo que los une en este hermoso camino compartido.
Un gesto que simboliza el paso de una etapa a otra, con la certeza de que siempre estarán acompañados por la familia que formamos en el Dámasa.
¡Felicidades, egresados!
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